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El decreto de Maduro que abriría la puerta a los vehículos robados desde Chile al mercado negro de Venezuela

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El decreto 3788, vigente desde abril de 2019 en Venezuela, permite el ingreso de autos de hasta cinco años de antigüedad, medida que ha sido aprovechada por bandas criminales para introducir vehículos robados desde Chile hacia el mercado negro venezolano.
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Durante una investigación de poco más de dos meses, las autoridades chilenas desarticularon una banda dedicada al robo de vehículos en la zona oriente de Santiago, revelando una sofisticada operación que combina tecnología avanzada para sustraer autos y un destino inédito para los vehículos robados: Venezuela.

La banda, conocida como Los Tiguan, utilizaba dispositivos electrónicos que permiten abrir, encender y manipular vehículos sin usar la fuerza ni dejar rastros, a través del puerto OBD 2, un sistema que lee y clona la frecuencia de las llaves originales.

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Este modus operandi permitió robos limpios, sin daños visibles, facilitando la reventa en el mercado ilegal.

Según Carabineros, en lo que va del año se han registrado más de 16 mil denuncias por robo de vehículos en Chile, con un promedio de 76 casos diarios. Los modelos más afectados son camionetas Toyota, Mitsubishi y SUVs como Ford Territory y Chevrolet Group.

Y es que el destino de muchos de estos vehículos robados ha cambiado.

Mientras antes se vendían principalmente en Bolivia, ahora una parte importante es trasladada a Venezuela, donde desde abril de 2019 rige el decreto 3788 de Nicolás Maduro.

Los vehículos robados que llegan de Chile al mercado negro de Venezuela

Esta norma permite el ingreso de cualquier vehículo fabricado hace no más de cinco años desde el extranjero, facilitando la entrada legal o irregular de autos, incluso robados.

Esta medida ha abierto una nueva ruta para el crimen organizado, que aprovecha documentos falsificados y el programa venezolano "Retorno a la Patria" para introducir vehículos chilenos robados.

Las bandas trasladan los autos por vía marítima o terrestre, usando pasos no habilitados, y luego los venden en el mercado negro venezolano a precios que pueden cuadruplicar su valor en Chile.

El exfiscal Luis Toledo señaló que facciones del tren de Aragua, una conocida organización criminal venezolana, podrían estar detrás de este negocio ilícito, que no solo involucra vehículos, sino también tráfico de armas y drogas.

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La ruta pasa por pasos fronterizos en Chile, cruza hacia Bolivia o Argentina y luego avanza hacia Brasil hasta llegar al estado venezolano de Bolívar. Esta operación representa un nuevo desafío para las autoridades nacionales e internacionales, que deben coordinar esfuerzos para frenar el contrabando y lavado de autos.

Así, mientras el robo de vehículos mantiene su ritmo en Chile, el mercado negro se expande a más de 7.000 kilómetros de distancia, evidenciando así el alcance del crimen organizado en la región.