Es venenosa y llegó para quedarse: Descubren por fotos en redes sociales que la raya diamante está en Chile



Una especie de raya con aguijón, venenosa, de cuerpo romboidal y movimiento elegante, acaba de ser confirmada como residente de aguas chilenas, más precisamente en el norte del país.
Se trata del Hypanus dipterurus, más conocida como raya diamante, y su aparición en la bahía de Arica es un aporte a aumentar el conocimiento sobre las especies presentes en Chile.

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Este hallazgo fue liderado por un equipo internacional y multidisciplinario, cuyos autores incluyen a los investigadores de la Universidad de Chile Luis Ignacio Contreras y Pablo Dufflocq. El estudio fue publicado en la prestigiosa revista Journal of Fish Biology.
"Estábamos en pandemia, sin poder salir a terreno, y surgió la idea de buscar registros de especies en redes sociales, en especial en grupos de pesca recreativa", indicó Contreras, biólogo ambiental del Departamento de Ciencias Ecológicas de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile, en declaraciones que reproduce el sitio de esa casa de estudios.
"Encontramos varias imágenes de rayas con morfología compatible con Hypanus dipterurus, capturadas en distintas fechas y lugares de Arica. Luego vimos lo mismo en el sur de Perú", añadió Luis Ignacio Contreras.
Aunque se habían reportado ejemplares en Antofagasta en los años 80, estos eran considerados casos aislados. La nueva evidencia sugiere algo muy distinto: una presencia más estable y posiblemente permanente en el norte del país.
"La raya diamante estaba ahí, bajo nuestras narices, y no lo sabíamos", comentó Contreras.
Los resultados no sólo confirmaron su presencia en el norte de Chile, sino que sugieren zonas con condiciones propicias incluso más al sur.
"Salieron cosas bien interesantes con alta precisión. Los modelos indican que podría haber una población desconectada más al centro-sur del país", explicó Luis Ignacio Contreras.
Clasificada como "vulnerable" por la Unión Internacional para Conservación de la Naturaleza (UICN), la raya diamante enfrenta riesgos derivados de su biología: crecimiento lento, baja fecundidad y alta presión pesquera. Su presencia confirmada en Chile implica también una nueva responsabilidad para el país.
"Cada vez que se añade una especie a la fauna de un territorio, se suma una responsabilidad de conservación. No basta con saber que está, hay que decidir cómo la protegemos", enfatizó Contreras.
Actualmente, la única raya con medidas de manejo pesquero en Chile es la raya volantín (Zearaja chilensis). El resto de las especies —incluida la diamante— no cuenta con medidas específicas ni protección legal, pese a que muchas están en categorías de amenaza.
"Los reportes pesqueros en Chile tienen problemas de identificación de especies desde los años 70. No sabemos exactamente qué se está extrayendo ni cuánto. Y sin esa información, no podemos tomar decisiones precisas", advirtió Dufflocq.
Confirman presencia de raya diamante en costas chilenas: ¿Peligrosa para los humanos?
Aunque su aspecto impone respeto, la raya diamante no representa un peligro real para los humanos. Como otras rayas con aguijón, puede reaccionar defensivamente si se la hostiga, pisa o manipula, pero en ningún caso es agresiva ni persigue a bañistas.
"No es un animal que ande atacando personas. Si te pica es porque la molestaste, por ejemplo si la pisas por accidente. Es un acto reflejo, un mecanismo de defensa", explicó Contreras.
De hecho, la mayoría de los incidentes con rayas ocurren en contextos provocados por humanos. Un caso trágico y ampliamente recordado es el del famoso "cazador de cocodrilos", el australiano Steve Irwin, quien falleció tras recibir una picadura directa al corazón mientras grababa un documental submarino.
"Él estaba filmando y fue a tocar a la raya por detrás. El animal se asustó, reaccionó y le clavó el aguijón en el pecho. Fue una desgracia, pero también un ejemplo de que no se debe molestar a estos animales y saber leer las señales que nos entregan cuando se sienten amenazados", comentó Pablo Dufflocq, doctor en Ciencias Silvoagropecuarias y Veterinarias.

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En condiciones normales, la raya diamante es más bien esquiva. Se entierra en la arena, huye del contacto humano y se alimenta de pequeños peces e invertebrados. Como dice Contreras, “no ve a las personas como presas, y prefiere evitar el contacto”.
¿Una señal del cambio climático?
Aunque no se puede afirmar categóricamente, el avance hacia el sur de esta especie tropical podría estar vinculado al alza de temperaturas marinas y a eventos como El Niño.
"Sabemos que hay especies que están expandiendo su rango hacia los polos por el calentamiento global. La raya diamante podría ser una de ellas. Aún debemos investigar más", señaló Contreras.
Los investigadores coinciden en que el primer paso urgente es actualizar los listados nacionales de fauna marina y establecer medidas de manejo pesquero para especies vulnerables como la raya diamante. Además, resaltan el valor de las redes sociales como herramienta para la ciencia.