"Vida soñada para cualquier hombre": La declaración de funcionario de la DGAC condenado y vinculado al Tren de Aragua
Un funcionario de la DGAC mantuvo durante meses vínculos con el Tren de Aragua. Vivía en una casa fiscal, donde durmieron mujeres vinculadas al comercio sexual, se traficó droga y se escondió armamento de grueso calibre. Esta es su versión y cómo se logró una condena en su contra.
Se trata de la historia del funcionario de la Dirección General de Aeronáutica Civil, Ricardo Alarcón Hermosilla. El 2023, el OS-7, allanó la casa fiscal donde vivía.
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Una investigación de Reportajes T13 precisó en ese lugar se encontró debajo de una sábana una pistola, munición, droga y un fusil con apariencia de fuego. Todas cosas que según él, un tercero dejó ahí.
Hasta febrero de 2024, Alarcón trabajó en la DGAC, donde estuvo por más de 20 años.
Durante su carrera cumplió funciones en distintos lugares de Chile, eso como operador en salvamento y extinción de incendios; y su último lugar de trabajo fue en el Aeropuerto El Loa, en Calama.
¿Cómo un funcionario que según la DGAC tenía una hoja de vida intachable, llegó a ser condenado por tenencia de armas, y tráfico de drogas en pequeñas cantidades? ¿Por qué en el juicio en su contra se habló del Tren de Aragua?
La relación de funcionario de la DGAC con el Tren de Aragua
En medio del juicio por su formalización, el funcionario reveló lo siguiente:
"Conocí algunas 'schoperías', algunos night club. Donde conocí a una chica, de nombre Antonella. Era casi una vida soñada para cualquier hombre, una mujer bonita ¿Cierto? Me cocinaba, me trataba bien, sexualmente nos llevábamos muy bien. En el mes de septiembre del 2023, me comunica que su casa había sido allanada por la policía y no tenía dónde vivir".
¿De qué trataba ese allanamiento? Ese día cuando irrumpió la policía en más de doce domicilios y locales, se desarticuló a dos organizaciones criminales dedicadas al comercio sexual y la trata de personas en Calama.
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Pero pese a esas señales de peligro, al rescatista de la DGAC le pareció que era una buena idea invitar a su pareja y a otras dos de sus compañeras de trabajo nocturno, a vivir con él.
La casa en la que vivía Alarcón y las tres bailarinas exóticas no era suya, sino que del Estado, de todos los chilenos. Y ahí por lo menos durante cuatro meses, se traficó y se consumió, cocaína y marihuana.
Ahí aparece la figura de un tal "Héctor", al cual Raúl Alarcón señaló que le compraban la droga. Y un día, ese tal "Héctor" le pidió el baño para ducharse.
Aseguró que fue ahí cuando su invitado narcotraficante dejó las armas en un closet de la casa, que ese fue su único error: Confiar.
Confiar en un sujeto, al que antes de que allanaran su casa, el OS7 ya había detenido.
Ciudadano venezolano al que encontraron en un estacionamiento justo cuando traspasaba de un auto a otro, más de 150 kg de marihuana.
Era miembro de la misma facción del Tren de Aragua que estuvo detrás del secuestro del teniente venezolano Ronald Ojeda.
