Asesino de Nueva York culpa a la NFL en su nota de suicidio por provocarle una enfermedad: "Estudien mi cerebro"
Asesino con arma - Cámara de seguridad de Nueva York
Shane Devon Tamura, el asesino de Nueva York que se suicidó luego de matar a cinco personas en el edificio que es sede de las oficinas de la NFL en Manhattan, llevaba una carta de despedida de tres paginas en el bolsillo trasero del pantalón.
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Así lo confirmó la policía en Nueva York, quienes dieron a conocer la nota de suicidio. El sujeto que iba armado con un rifle estilo AR-15, expondría sus intenciones y criticaba expresamente a la NFL, asegurando que la liga de fútbol americano de Estados Unidos ocultaba los peligros para el cerebro de los jugadores para obtener las mayores ganancias posibles.
Quién era el asesino de Nueva York
El hombre originario de Hawái y residente en Nevada, no jugó en un equipo profesional de la NFL, pero si jugó a alto nivel en categorías de formación en ligas universitarias. En el escrito, Shane, aseguraba que padecía una enfermedad cerebral degenerativa (ETC, Encefalopatía Traumática Crónica) producto de las lesiones en la cabeza que sufría al practicar fútbol americano.
"No puedes competir en la NFL, te aplastarán. Por favor, estudien mi cerebro", escribió.
También mencionó a Terry Long, quien fue jugador para los Pittsburgh Steelers, que también fue diagnosticado con ETC y se suicidó en 2005 tras consumir un galón completo de anticongelante.
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La policía y las autoridades sostienen que el objetivo de Shane Tamura, quien habría sufrido varias crisis nerviosas entre 2022 y 2024, era asesinar a funcionarios de la liga, pero habría tomado un camino equivocado.
¿Cómo afectan los golpes en la cabeza a los jugadores de la NFL?
Un caso similar se vivió con el caso de Phillip Adams, ex jugador de la NFL que se suicidó en 2021 tras matar a cinco personas y que también padecía una Encelopatía Traumática Crónica.
El doctor Hallie Zwibel, director del Centro de Medicina Deportiva del Instituto de Tecnología de Nueva York, declaró a The New York Post lo siguiente:
"No importa el número de conmociones sufridas en su vida, sino el número de golpes recibidos en la cabeza, no tiene cura. El ETC afecta a la capacidad para relacionarse, se siente frustración, se actúa de manera impulsiva y hay inestabilidad emocional", dijo Zwibel.
La liga consideró los daños cognitivos producidos por los impactos durante el juego como algo menor, hasta que en 1994 se creó el primer Comité de Lesión Cerebral Traumática Leve, dando a conocer a inicios de este siglo la relación de los casos de ETC con el fútbol americano, que la NFL trató de silenciar por años.
